ARQUITECHNIS

ARQUITECHNIS
Foto de portada

domingo, 19 de enero de 2014

PIENSA, ES GRATIS

PIENSA,ES GRATIS

Un libro para despertar el talento

Hoy quiero escribir esta página de mi diario dedicada a un libro, el cual lleva el título de esta entrada: Piensa, es gratis.

Desde que me embarqué en esta aventura que es Arquitechnis, soy una esponja en cuanto a experiencias se refiere. Busco nutrirme de cada persona que tiene algo interesante que contarme relacionado con la idea de emprender, mejorar y superarse; vamos que soy todo oídos.

Y no solamente oídos, también ojos. Una de estas tardes, visitando la biblioteca de Manises pude ver el libro en cuestión apoyado en la estantería. A ver, no soy de piedra (y no entendáis mal); un libro de un color tan llamativo y unas letras tan gigantes es atractivo para cualquiera. Esto, y un título muy directo fue suficiente para que se mereciera un vistazo... y acabó en casa.
El libro es MUY recomendable. No solo a la gente que busca iniciar nuevas rutas en su vida, sino a cualquier persona que necesite un hálito de moral. En resumen, el volumen nos habla de  "84 prácticas ideas para potenciar el talento". En mi opinión, 84 grandes consejos (unos más y otros menos) que todo el mundo debe considerar para tener éxito en sus vidas. Con una prosa sencilla y fácil de leer, te acabas el libro deseando leer alguna idea más. 

Los temas, dentro del ámbito, son muy variados: trabajo en equipo, consecución de metas, establecer objetivos, publicidad y marketing... Y lo mejor de todas ellas es que la mayoría las puedes empezar a aplicar desde ya. Además el libro pone a funcionar nuestras neuronas y te hace pensar en cómo te has planteado o te estas planteando el futuro, y si es algo a revisar.

El autor de este tan buen libro es Joaquín Lorente. Este señor, doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona, ha sido uno de los mejores publicistas del mundo, con una vida repleta de éxitos, puntera y rompedor, según define el mismo libro, en la evolución de la creatividad y comunicación. En resumen, un hombre que puede dar muy buenos consejos...

En definitiva, es un libro que catalogo como imprescindible, a todos los amantes del desarrollo personal y el éxito. Cada vez estoy más seguro que el conseguir nuestros sueños solo depende de nosotros y de nadie más. Por muy mal que puedan estar las cosas, depende de uno mismo salir del atolladero, plantarle cara al destino y desafiar a la mala suerte. Y ya que hablo de mala suerte acabaré con una frase muy buena de esta obra y que da mucho para pensar: La suerte, es el azar aprovechado.

Os dejo con un vídeo muy relacionado con el tema, que visualicé en una de las asignaturas del Máster. Espero que os guste. Como siempre,me despido de vosotros hasta la semana que viene con una nueva página del diario. Un abrazo, y por favor; pensad, que aún es gratis...


Abel Gallego Sánchez
Arquitechnis
https://www.facebook.com/arquitechnis

domingo, 12 de enero de 2014

¡Mamá, quiero ser aparejador!

MAMÁ QUIERO SER APAREJADOR

¡SI HOMBRE!, TÚ A LA UNIVERSIDAD A ESTUDIAR...

Es lo que seguramente le respondería una madre hoy en día a su hijo, si quisiera estudiar tan honorable carrera. Sin, embargo es comprensible que tras un baile absurdo de nombres,la gente esté descolocada. La actual carrera (ya grado) de arquitectura técnica ha sido la más "violada" en cuanto al nombre se refiere en la historia de España y esto ha provocado una confusión general de cómo buscar este tipo de técnico y cuáles son sus competencias
.


Mucha gente me sigue preguntando: pero, ¿Tú qué eres? Ingeniero, aparejador, delineante, arquitecto técnico... A diferencia del delineante (estudios de ciclos formativos), sinceramente el nombre me da igual. Recuerdo tener ciertas disputas con algunos compañeros arquitectos "superiores" sobre el deshonor que sentían al oir su título universitario utilizado en otra carrera. 

Entonces el pique estuvo con arquitectura, pero el último cambio ha traído más de una disputa. Recuerdo la gran propaganda y bombo académico que se le dio al cambio de nombre de nuestra carrera a Ingeniero de Edificación  mientras estaba en la entonces Escuela de Gestión en la Edificación (ETSGE) de la UP de Valencia. La propuesta brillaba con un buen traje: más diversificación laboral, mejor conocimiento técnico, y mayor salida en el extranjero (el titulo de Building Engineer existe en muchos países europeos; recordemos que la figura del arquitecto técnico es puramente española)

Algo que el famoso plan Bolonia traía a nuestra carrera era la separación y desvinculación de la carrera con el oficio de arquitecto técnico. Algo que abría nuestro campo de actuación a nuevas tendencias de mercado como la figura del ya mencionado en otras entradas "Project Manager". Y este cambio venía con un cambio de nombre con pegada, bonito y mucho más claro.

Pues bien, todos esos propósitos se vieron truncados tras la queja por parte del colectivo de colegios oficiales de ingenieros industriales españoles. Por el miedo al intrusismo laboral y atendiendo más a intereses personales que a los de los colegiados, solictitaron la modificación del nombre de Ingeniero de Edificación por otro que no contuviera la palabra "Ingeniero" dado que según ellos "inducía a confusión". Así que si en el pasado la riña fue con arquitectos, tocaba el turno de los "industriales".


Los jueces, con miedo a mojarse por un bando u otro, intentaron dar largas a las consecutivas apelaciones entre colegios a nivel nacional. La universidad no expedía títulos dado que el nombre no era legal, había confusión a la hora de matricularse y en el mundo laboral nadie sabía como presentarse. Yo personalmente llegué a presentarme como maestro de obras medio en broma medio en serio. En el extranjero, estuve días pensando qué podía hacer con un resguardo de título en el que aparecían como nombre, la palabra GRADO sin apéndice sin nada más. Era simplemente un Grado.Y aquellos que sufrimos este cambio, se convirtió en una pesadilla. 


Finalmente, hemos vuelto al principio. Grado en Arquitectura Técnica. Volvemos a llamarnos como la mayoría de gente nos conoce. Por una época que se recordará como la época dorada de nuestra profesión, al igual que muchas otras relacionadas con la construcción. Todos sabemos a cuándo me refiero. Y nunca se sabe, a lo mejor en el futuro volvemos a cambiar de nombre. Lo que sí es seguro que aún mucha gente, sobre todo abuelitos, cuando hablen entre ellos de qué estudia cada nieto, alguno dirá: ¡Pues mi nieto es aparejador!



Abel Gallego Sánchez